Gita Sabharwal, Coordinadora Residente de la ONU en Tailandia, y Patchara Benjarattanaporn, directora nacional de ONUSIDA en Tailandia, piden el fin de la discriminación contra las personas que viven con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y el reconocimiento de la contribución que hacen a la sociedad tailandesa
Desde que COVID-19 cambió nuestro mundo para siempre, las expresiones de alarma y miedo se han combinado con optimismo y esperanza. En todo nuestro planeta, nuestra comunidad global se ha adaptado a las nuevas normas sociales, ha sufrido pérdidas extremas y se prepara para los impactos a mediano y largo plazo de una drástica crisis económica.
A finales de 2020, COVID-19 había acabado con la vida de casi 2 millones de personas y dejó a muchos millones más con lesiones duraderas. También condujo a mayores crisis a nivel de salud, empleo, educación, violencia doméstica, migración, y más. Son muchos fuegos que apagar. Pero las Naciones Unidas están diseñadas para hacer frente a muchos desafíos a la vez.
En su primer gran discurso del año, el Secretario General de la ONU subrayó la necesidad de cooperación mundial para abordar los desafíos actuales, como la pandemia de COVID-19 y el cambio climático.
A medida que el mundo concluye el año 2020, reconocemos los continuos esfuerzos coordinados de los equipos de la ONU en todo el mundo. Hoy, destacamos parte del trabajo que se lleva a cabo en todo el mundo.
El paso de las tormentas tropicales Eta e Iota dejó graves consecuencias humanitarias, conoce algunas de las historias de personas afectadas en el país.
No lo adivinarías mirando el edificio desde el exterior. Solo un pequeño edificio de oficinas estándar. Nada extraordinario. Pero en el interior de las salas de reuniones dentro de los refugios para migrantes en el norte de Brasil, los sueños están ya en gestación.
Nos enfrentamos a una pandemia devastadora, a niveles nunca antes vistos de calentamiento global, a nuevas cotas de degradación ecológica y a nuevos reveses en nuestra labor en pos de los objetivos mundiales de un desarrollo más equitativo, inclusivo y sostenible.
Nacida entre el privilegio y las comodidades de una familia brahmán de casta alta en Nepal, la vida de Ratna Khawas cambió drásticamente cuando se casó con alguien fuera de su clase social, en 1968. Ella y su nuevo esposo se mudaron a su pueblo natal en Belbari, donde no había baños ni instalaciones para lavarse las manos. Esa conmoción la puso en lo que se convertiría en una odiea, o búsqueda de por vida, para mejorar el saneamiento para ella y sus vecinos.