El aumento de las inversiones en los sistemas locales de distribución de alimentos es fundamental para garantizar la seguridad alimentaria y la nutrición sostenibles de las personas desplazadas por la fuerza y de las comunidades de acogida, según afirman tres agencias de la ONU con motivo del Día Mundial de la Alimentación, el cual se celebra el 16 de octubre.
Los equipos de las Naciones Unidas en los países de todo el mundo están participando en la lucha contra la COVID-19. A continuación, destacamos algunos de los recientes esfuerzos coordinados.
La celebración del 75º aniversario de la ONU el año pasado dio lugar a un importante debate interno sobre su futuro, y a una nueva dirección que se aleja del consenso posterior a la Segunda Guerra Mundial de los albores de la organización. Estas reflexiones han dado lugar a nuestra agenda común, un nuevo e histórico informe publicado hoy por el Secretario General de la ONU, en el que expone su visión del futuro de la cooperación mundial.
En la madrugada del pasado mes de noviembre, el pescador Julian Bata, de 64 años, y su esposa se despertaron por el aullido del viento contra su techo de hierba seca y el fuerte crujido de los truenos, sonidos demasiado familiares para los miembros de su comunidad costera en la isla de Manaet, en Filipinas.
La pandemia de COVID-19 continúa su marcha mortal por todo el mundo. ¿Cómo podrán los países "reconstruir para mejorar" a partir de esta calamidad? Sabemos, a este respecto, que los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son fundamentales.
La COVID-19 y otros desafíos siguen poniendo en peligro la salud y el bienestar de las personas en todo el mundo. Los equipos de las Naciones Unidas en los países no se dan por vencidos. Siguen luchando con una determinación constante. Hoy destacamos algunos de los esfuerzos coordinados.
Durante una misión de dos días en Haití, la vicesecretaria general de la ONU afirmó este viernes que los equipos de socorro "trabajan día y noche", y manifestó su asombro por la resistencia del pueblo haitiano, que se ha movilizado rápidamente para apoyar a sus vecinos tras el enorme terremoto de la semana pasada y la posterior tormenta tropical.
La vida era dura para Violeta y su familia en su pequeño pueblo, Kabash, a dos horas de viaje desde la ciudad de Puka. Todo estaba lejos — el dispensario, el hospital, las oficinas administrativas locales. Con lágrimas en los ojos, recuerda el momento en que su pequeña hija se desplomó y apenas recuperó la conciencia, sin que hubiera ningún hospital cercano para atenderla.