Diez años de conflicto. Diez experiencias de vida como refugiados.
A medida que el conflicto de Siria llega a su décimo año, los refugiados y refugiadas en Jordania hablan sobre sus dificultades y sus esperanzas.
Khaled
“En el pasado, no podíamos permitirnos alimentos enlatados para alimentar a los niños.”
En 2013, Khaled, de 38 años, y su esposa, de 32, huyeron de Alepo para proteger a sus hijos de la guerra. Cuando llegaron a Jordania, sus únicas pertenencias eran la ropa que vestían. Khaled encontró un trabajo, pero ganó solo lo suficiente para pagar el alquiler. Sus vidas mejoraron cuando comenzaron a recibir asistencia en efectivo del Programa Mundial de Alimentos (PMA) en 2014. Cuando llegó la pandemia, Khaled perdió su trabajo, "los gastos comenzaron a acumularse y ahora no puedo pagar mis facturas", dice. Está en la misma situación que el 82% de los hogares de refugiados en Jordania que han informado de ingresos reducidos desde el comienzo de la pandemia. El único deseo de los padres ahora es encontrar un lugar donde puedan criar a sus hijos en paz.
Ahmad
“La pandemia ha sido muy dura para todos, especialmente en el campamento.”
Ahmad, de 44 años, un refugiado sirio de Daraa, buscó refugio en Jordania en 2013, con su esposa y su hijo de un año, Omar. “No fue una decisión fácil, pero tuve que tomarla después de ver el miedo en los ojos de Omar cuando caían bombas”. En Jordania, Ahmad y su esposa han llegado a fin de mes con sus ahorros y trabajos. Tuvieron un segundo hijo. “La pandemia ha sido muy dura para todos, especialmente en el campo [de refugiados de Azraq]. Apenas hay trabajo, mis hijos no van a la escuela y tememos por nuestra salud”, dice Ahmad. Agradece la asistencia del PMA, pero explica que no es suficiente. Al igual que el 52% de los refugiados, Ahmad ha tenido que limitar su propia ingesta de alimentos para priorizar la de sus hijos.
Amal
“Mientras estoy creando, no pienso en todos los demás problemas de mi vida.”
Amal, de 33 años, abandonó su casa en Daraa, Syria, cuando estalló la lucha por primera vez al comienzo del conflicto. “Me acababa de graduar de la facultad de arte, quería convertirme en artista”, explica. “Pero tuvimos que irnos, y nuestras vidas cambiaron por completo”, agrega. Desde que ella encontró seguridad en Jordania, se casó y tuvo un hijo, Yousef, quien ahora tiene 4 años de edad. Poco después del nacimiento de Yousef, Amal se convirtió en parte de SEP, una empresa social orientada a apoyar a los refugiados en Jordania a través de la formación y el empleo. Tomó clases de bordado y se convirtió en una de las casi 500 mujeres que trabajaron como parte del proyecto. “Mientras estoy creando, no pienso en todos los demás problemas de mi vida. Esto me ha dado esperanza”, acota.
Ammar
“Quiero iniciar mi propia empresa, pero es difícil saber por dónde empezar.”
A los 25 años, Ammar ha pasado la mayor parte de su juventud como refugiado. Después de huir de su casa en la zona rural de Damasco en 2013, completó la escuela secundaria en Jordania, antes de recibir una beca para estudiar Ciencias de la computación; y ahora Ammar es un hábil desarrollador de aplicaciones para Android. Sin embargo, debido a la pandemia de COVID-19, actualmente se encuentra desempleado. El sueño de Ammar es crear una empresa que ofrezca formación profesional a recién graduados como él. “Siempre estoy pensando en dos o tres años en el futuro”, dice. “El conflicto me enseñó que solo podemos depender de nosotros mismos”.
Kawthar
“Me considero una niña afortunada y feliz, porque tengo una mamá y un papá”.
Kawthar, a sus 10 años de edad, es tan antigua como lo es el conflicto sirio. Ella no recuerda su casa, pero habla regularmente con sus tíos y abuelos, que todavía viven allí. “Siempre tengo miedo por ellos”, dice. “Pero cuando hablo con ellos, me siento feliz porque generalmente me miman y me ponen apodos felices”. El padre de Kawthar trabaja en la construcción, pero las oportunidades son limitadas y la familia está luchando. “No tengo juguetes, pero está bien. Juego mucho con mis hermanos menores”, dice. Cuando no está en la escuela, Kawthar pasa tiempo en los centros Makani de UNICEF, donde aprende árabe, inglés y matemáticas. Sueña con ser jueza, y así crear un mundo más justo.
Laila
“Le pregunto a mi padre cuándo podremos regresar a Siria ... me dice que algún día, cuando termine la guerra”.
Laila, de 10 años, y su familia abandonaron su casa en Homs, Siria, cuando Laila tenía solo un año. Ahora no lo recuerda, pero dice que su padre habla de lo hermoso que era Homs. “Siria es mi país, el lugar donde nací”. Laila y su familia han vivido en el campamento de Zaatari desde que llegaron a Jordania. La escuela ha estado cerrada durante el 2020 debido a COVID-19. “Realmente extraño a mis amigos y especialmente a mi maestra”, dice Laila. Sueña con convertirse en astronauta y habla apasionadamente sobre el espacio. “Mi planeta favorito de lejos es la Tierra, porque todos vivimos en él, y tiene el aire que respiramos, el agua que bebemos, pero hay que cuidarlo más”.
Mohammad
"Uno nunca debe permitir que el fracaso le impida a uno alcanzar la grandeza".
Después de que estalló la guerra en Siria, Mohammad se mudó a Jordania con su familia en 2013. Seis años después, en 2019, comenzó a estudiar negocios y se inscribió en un programa de formación profesional dirigido por la UNESCO. Durante sus estudios, Mohammad comenzó a desarrollar iniciativas para apoyar a otros refugiados en Jordania, como una plataforma de aprendizaje electrónico, que él lanzó, dirigida a jóvenes en campos de refugiados, para enseñarles habilidades en negocios, marketing digital y autodesarrollo. En 2020, Mohammad completó sus estudios y obtuvo un certificado en gestión empresarial.
Soheir
La casa y el negocio de la familia de Soheir en Siria fueron destruidos por un proyectil.
Al comienzo de la crisis siria, un proyectil destruyó la casa y la tienda de electrónica que la familia de Soheir poseía en Daraa y le causó una herida leve. Ella huyó a Jordania y ahora está ayudando a salvaguardar el patrimonio cultural de Jordania. Ella dice que unirse al proyecto de patrimonio le ha dado una valiosa experiencia e ingresos. Soheir quiere usar lo que ha aprendido sobre la restauración de mosaicos antiguos para crear paneles de mosaicos industriales para vender a través de las redes sociales.
Asma
“Ojalá nuestra familia pudiera reunirse algún día.”
Asma, su esposo y sus tres hijos salieron de Siria hacia Jordania en julio de 2012. Antes de la guerra, la familia tenía una buena vida en Siria — un hogar, buena salud e hijos con aspiraciones. “Casi pierdo a mi hijo menor debido a un ataque aéreo”, dice Asma. "Estaba claro que este ya no era el hogar como lo conocemos”. La madre de Asma, de 70 años, se quedó atrás. “Es desgarrador saber que no podemos hacer nada para apoyarla”, dice Asma. “Ojalá nuestra familia pudiera reunirse algún día”. Una hernia de disco ha dejado al esposo de Asma, Mohammed, incapaz de continuar su trabajo como pintor. La familia se encuentra entre los 17.000 refugiados palestinos de Siria que se encuentran ahora en Jordania y que reciben asistencia del Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas (United Nations Relief and Works Agency, UNRWA, en inglés).
Haifa
“Todos tenemos un papel que desempeñar para apoyar y ayudar a los demás.”
En 2014, Haifa, de 33 años, viajó de Siria a Jordania con sus seis hijos para reunirse con su esposo. Poco después de llegar, “mi esposo comenzó a pegarme”, dice. “Quería divorciarme, pero esto habría significado dejar atrás a mis hijos”. Su esposo se volvió a casar y se mudó. Sin educación ni experiencia laboral fuera de los quehaceres del hogar, Haifa tenía oportunidades limitadas. Las cosas empeoraron cuando llegó la pandemia. “Atrapada todo el día en mi caravana”, dice Haifa, “comencé a sentirme muy deprimida y enferma todo el tiempo”. En julio de 2020, se unió al Centro Oasis de ONU Mujeres, un programa de medios de vida. Fue nombrada supervisora de sastrería y cortadora líder. “Creo que todo el mundo es líder en potencia”, dice. “Todos tenemos un papel que desempeñar para apoyar y ayudar a los demás”.
Producido por ONU Jordania. Colección de perfiles adaptados de historias escritas por agencias, fondos y programas de la ONU en Jordania. Editado por Paul VanDeCarr, Oficina de Coordinación del Desarrollo. Para obtener más información, visite: https://jordan.un.org/.