Hama Sorka, un pescador de 75 años de Saguia, en Niamey, Níger, observa el lugar donde se encontraba su casa antes de ser arrasada por las inundaciones que asolaron su barrio en octubre de 2020.
Una de las muchas formas en las que la ONU cambió su forma de trabajar sobre el terreno hace tres años ha sido el innovador rol que han adquirido los datos en nuestro trabajo en pro de una mayor transparencia y rendición de cuentas.
El mundo se enfrenta a una serie de desafíos: una pandemia global, una crisis climática y emergencias humanitarias cada vez más complejas que trascienden las fronteras. Estos problemas son agravados por los ataques contra la democracia y los derechos humanos—especialmente los de las mujeres y las niñas. El Gobierno de Bangladesh y la ONU están uniendo fuerzas para hacer frente a estas crisis.
Las agencias de la ONU lamentan profundamente el naufragio de una embarcación el pasado 11 de octubre en Acandí, Colombia, que transportaba a unas 30 personas hacia Panamá. En esta tragedia perdieron la vida tres personas y otras seis, incluyendo tres menores de edad, se encuentran desaparecidas, según informaron las autoridades colombianas.
Chanel Bernard, de 29 años, es de Pestel, un municipio del departamento haitiano de Grand'Anse, situado a unos 80 kilómetros de la ciudad de Les Cayes. Los 90.000 habitantes de esta localidad enclavada entre el mar y la montaña viven al ritmo de los días de mercado—miércoles y sábado—y del flujo de barcos que descargan sus mercancías en el puerto desde las ciudades vecinas.
Las Naciones Unidas y sus socios han hecho hoy un llamado para conseguir 187,3 millones de dólares que se necesitan urgentemente para proporcionar ayuda vital a más de 800.000 personas afectadas por el devastador terremoto de Haití, incluyendo refugio, agua y saneamiento, atención sanitaria de emergencia, alimentos, protección y recuperación temprana.
El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, ha nombrado a Barbara Manzi, de Italia, como Coordinadora Residente de las Naciones Unidas en Burkina Faso. También ejercerá las funciones de Coordinadora de Asuntos Humanitarios.
Roya coloca la tela blanca bajo la aguja y pisa el pedal de su máquina de coser, dando los últimos toques a la máscara que está fabricando. A su alrededor, numerosas filas de otros refugiados también están fabricando máscaras–una protección muy solicitada y necesaria debido a la implacable pandemia de la COVID-19.
La pandemia de la COVID-19 provocó trastornos y pérdidas de vidas y medios de subsistencia, y supuso la primera prueba de resistencia para el sistema de las Naciones Unidas para el desarrollo desde su reforma en 2018. El sistema estuvo a la altura del desafío, trabajando juntos a todos los niveles, con una mejor coordinación y un mayor liderazgo, dando una respuesta fuerte e integrada a los impactos sanitarios, humanitarios y socioeconómicos de la pandemia. El mecanismo de “Unidos en la acción” (Delivering Together Facility, DTF, en inglés) ha seguido desempeñando un importante papel durante un momento tan crítico, en apoyo de las actividades de la Oficina de Coordinación del Desarrollo de la ONU y del trabajo interinstitucional, continuando con el fomento y la consolidación de su legado en pro de innovadoras prioridades políticas y normativas.