Si el mundo va a derrotar a la COVID-19 y reconstruir para mejorar, también se debe lograr una mayor medida de igualdad entre los géneros. Ambas cosas están estrechamente vinculadas. Por eso, en respuesta a la crisis, muchos países están contando con más mujeres en el liderazgo como clave para lograr un futuro igualitario.
Hama Sorka, un pescador de 75 años de Saguia, en Niamey, Níger, observa el lugar donde se encontraba su casa antes de ser arrasada por las inundaciones que asolaron su barrio en octubre de 2020.
"Hace poco subí a la costa occidental de Yemen, a lo largo de una estrecha franja de tierra entre las líneas del frente, para tratar de llegar a los hogares que realmente no han podido acceder a la ayuda humanitaria. La gente de estas zonas estaba desesperada por contar su historia.
"Aunque el mundo cuenta con las herramientas, los conocimientos y los foros para prevenir los conflictos, el mundo vive "la mayor crisis humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial", dijo la vicesecretaria general de la ONU, Amina Mohammed en la Expo 2020 en Dubai, en los Emiratos Árabes Unidos.
El 24 de octubre se celebrará el "Día de Honor" de las Naciones Unidas en la Expo 2020 de Dubái. La Vicesecretaria General de las Naciones Unidas, Amina Mohammed, se unirá a la ceremonia en persona y pronunciará el discurso de apertura.
Las Naciones Unidas nacieron hace setenta y seis años como un rayo de esperanza cuando la humanidad trataba de dejar atrás los horrores de un conflicto catastrófico.
Una de las muchas formas en las que la ONU cambió su forma de trabajar sobre el terreno hace tres años ha sido el innovador rol que han adquirido los datos en nuestro trabajo en pro de una mayor transparencia y rendición de cuentas.
Las mujeres rurales no suelen ser el centro de atención. Sin embargo, deberían serlo, porque en países como Haití, por ejemplo, el cual es vulnerable a los desastres naturales y al cambio climático extremo, estas mujeres demuestran un nivel de coraje y resiliencia extraordinarios.
La migración y el desplazamiento suelen expresarse a grandes rasgos y en números cuantiosos: miles de refugiados, toneladas de ayuda humanitaria, cientos de refugios. La realidad es que el desplazamiento es más bien un rompecabezas de pequeños fragmentos—recuerdos, pérdidas y trastornos.
El mundo se enfrenta a una serie de desafíos: una pandemia global, una crisis climática y emergencias humanitarias cada vez más complejas que trascienden las fronteras. Estos problemas son agravados por los ataques contra la democracia y los derechos humanos—especialmente los de las mujeres y las niñas. El Gobierno de Bangladesh y la ONU están uniendo fuerzas para hacer frente a estas crisis.